Prensa

La obra Pública



Alejandra Varela - Revista Ñ

“La pluma suspendida no toca el papel y dibuja el gestus que lo inventa, como si de ese diario íntimo, manifiesto de una vanguardia novelada, surgiera este personaje mientras se instala como autor. Su actitud es la verdadera escritura, ese cuerpo que bailotea ante su escritorio, esa pose que podría ir hacia la declamación pero que, en el marco de una obra escrita y dirigida por Ignacio Bartolone, se convierte en mantra poético, variación sobre la lengua que invoca ese tinte barroco donde la complicación de la palabra se junta con la parodia
.” Ver nota completa

Juan Ignacio Crespo - Revista Llegás

“Después de La Madre del Desierto, Ignacio Bartolone vuelve a hacer foco sobre la cuestión de los orígenes (del arte experimental argentino en este caso) escapando de la dimensión racionalista de la Historia y entrando en el Mito, o sea, de la Historia en su modalidad apócrifa.” Ver nota completa

Federico Irazábal – La Nación

"Si hay una idea compleja de abordar y más aun de representar es la de la identidad nacional. Y esto se vuelve todavía más extremo cuando, desprendida de ella, se pretende pensar la idea del “arte nacional”. Sobre estas dos temáticas trabaja la nueva producción de Ignacio Bartolone, con un desparpajo que se vuelve desopilante para el espectador que tenga ganas de ingresar en esa zona por momentos paródica (de discursos nacionalistas y grandilocuentes) y en otros satírica de un modo de comportamiento físico y gestual de personajes que nos han acompañado a lo largo de nuestros procesos educativos." Ver nota completa



Piedra senatada pata corrida 


Moira Soto - La Nación 

“MUY BUENA. Afortunadamente: Piedra sentada..., del (realmente) joven dramaturgo y director Ignacio Bartolone, se sale de cauces conocidos o previsibles para hablar -desde un enfoque contemporáneo y aggiornado, posrevisionista pero no revisionista de una etapa fundante de nuestra identidad, de la subestimación y negación de la otredad (la indiada), del conflicto de culturas arbitrado desde el etnocentrismo occidental europeo, de la orfandad y el despojo que afectaron a los pueblos originarios”. Ver nota completa


Alejandro Tantanian - Revista Otra parte
 
"Me gusta pensar en ‘Piedra sentada..’ dialogando con ‘El zoo de cristal’, intentado construir un mito fundacional, pensando en el teatro que la precede para marcar una frontera, un límite, y asimismo generando una nueva manera de entenderlo, un exceso, un nuevo paisaje" Ver nota completa


Mercedes Halfon – Radar – Página/12

"Por esos carriles anda esta pieza, que plantea un lenguaje nuevo en una compleja articulación de formas reconocibles de habla precolombina, modismos contemporáneos –”no seá’ fisura”– y otros decididamente poéticos, rítmicos, hallazgos lingüísticos puros. Hay también una relectura de la literatura argentina fundacional, textos como Una excursión a los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla, Viaje al país de los araucanos, de Estanislao S. Zeballos, La Cautiva, de Echeverría, Civilización y barbarie, de D. F. Sarmiento" Ver nota completa


La piel del poema

M. DS – SOY/Página 12

“La piel del poema resulta hedonismo al servicio de la narrativa, transgresiones en clave de comedia, despliegue de actuaciones calientes que sobreimprimen una afectación verosímil de esta maquinaria teatral en la que, sin veladuras, un policía de pantalonticos cortos quiere hacer el bien.  En la mentira se abre ese mundo de posibilidades y un análisis casi meta teatral de la voz del poeta que sueña un mundo mejor, que no discrimina a la machona y entiende que en esa invisibilidad lo que se juega es un rescate enamorado”.  Ver nota completa

Mercedes Halfon – RADAR

"Vale la pena detenerse en la particular y puntillosa construcción del habla de estos personajes. Todo un acervo literario del litoral y la pampa húmeda parece confluir y a la vez, ser traicionado. Como un homenaje jocoso, la obra hace hablar a los personajes con términos y figuras de enorme simpatía en la que es posible reconocer un tono, para luego desconocerlo, encontrarse con la pura invención literaria, la prepotencia de la voz autoral de Bartolone".Ver nota completa

Antonella Scatollini Rossi - Farsa Mag

¡Destacada! "Desde una reflexión jocosamente poética la obra retoma las construcciones de nuestro imaginario social para pegarles una lavada de cara, y sigue preguntándose sobre el sentido de nuestra identidad, nacional y de género, desde una poesía que se descentra geográfica y hermenéuticamente, y que se atreve a cuestionarse porque reconoce su valor en mirar de refilón". Ver nota completa


La madre del desierto




Mercedes Halfon - Radar

“Es difícil encontrar un dramaturgo contemporáneo que escriba así, en tan compleja articulación de imágenes, referencias, formas reconocibles de habla norteña, con modismos contemporáneos y otros decididamente poéticos, rítmicos, sonoros puros. Es algo que Bartolone viene desplegando y que en esta obra llega a un punto muy alto de ejecución. Y al mismo tiempo es muy difícil que alguien pueda actuar eso sin convertirlo en un recitado solemne o una ilustración de lo dicho. Flechner y Gobernori son dos que elevan y pulverizan las palabras. Bailan con movimientos como de friso bidimensional o gateos ridículos de dibujito animado, crean gestos insólitos, sonoridades inauditas, quiebres de registro, voces autóctonas y barriales. Figuras y más figuras que parecen venir del fondo de la historia, pero que pueden estar casi a la vuelta de la esquina, o arriba de un escenario y se meten muy adentro de nuestros ojos y oídos, de ese modo que ocurre cuando el teatro verdaderamente cobra vida”. Ver nota completa

Hernán Ruiz - Revista Otra parte

“Hay, en La madre del desierto, una intensa búsqueda de algunos mitos nacionales, y Nacho Bartolone acierta en varios aspectos, elaborando un lenguaje acorde. Un lenguaje atravesado por la tradición gauchesca, por un lunfardo campero y también, ¿por qué no?, por el origen de la poesía popular argentina”. Ver nota completa

Leticia Frenkel - La Nación

“La historia y la política atraviesan la obra de pe a pa a través de la sombra terrible de Sarmiento, porque la antinomia civilización y barbarie está encarnada por los mismos protagonistas: el Bebo habla desde la teoría y la ciencia, pero Deolinda Correa no lo entiende, solo escucha balbuceos ininteligibles. Ella es lo salvaje, el pasado que se debe erradicar; él, la modernidad, el futuro del país. Sarmiento problematiza esta distancia insalvable entre el lenguaje de los bárbaros y el suyo desde la primera página de Facundo, cuando escribe con carbón en los baños de zonda la famosa frase de Diderot: “On ne tue point les ideés” (y que él traduce libremente como “Bárbaros, las ideas no se matan”. Ver nota completa